La brecha salarial de género no es ningún secreto, pero tal vez te preguntes qué pasa en una relación sáfica cuando existe una diferencia económica entre dos mujeres, por ello aquí te damos varios tips para que sepas cómo manejarla entre tu pareja y tú sin que perjudique su relación.
A pesar de lo frecuente que es, se habla muy poco sobre la diferencia económica en una relación sáfica, y definitivamente no es porque las lesbianas o bisexuales le demos menos importancia que la que le dan las mujeres y hombres en relaciones heterosexuales.
Sin embargo, la disparidad salarial en una relación no tiene por qué ser un problema. Al contrario, puede ser la oportunidad perfecta para ejercitar tu pensamiento y comunicación asertiva y así fortalecer el vínculo entre tú y tu pareja. ESTAS SON ALGUNAS PREGUNTAS QUE DEBERÍAS REALIZARTE SI ESTÁS POR ENTRAR EN UNA RELACIÓN CON DIFERENCIA DE EDAD.
Reconocer la diferencia económica que existe en tu relación sáfica
El primer paso es reconocer que en cualquier relación pueden existir diferencias económicas significativas. Aquí hay que deconstruir un poquito la parte de nuestro ego que prioriza tanto la posición económica para poder empezar a normalizar esta realidad: tu pareja puede ganar más o menos que tú.
Pero eso no define ni el valor de la relación, ni el compromiso mutuo, ni mucho menos pone a una por encima de la otra (hablando de niveles de éxito, en el acto amatorio contorsiónense sin control).
El siguiente paso para equilibrar una relación sáfica cuando existe una diferencia económica es la comunicación
Ya que reconocieron que sí, hay una brecha económica entre ambas, libérense del prejuicio de que hablar de dinero es casi, casi una grosería y platiquen abiertamente al respecto.
Piérdanle el miedo a contarse cuánto ganan, cuánto pueden y se sienten cómodas gastando. Y muy importante: si tienen sentimientos relacionados a esa diferencia económica, platíquenlos todos. La comunicación veraz, puntual y asertiva les ayudará a evitar resentimientos y malentendidos.
Puedes consentir a tu pareja sin desfalcarte
Hay una gran cantidad de cosas, planes y actividades que puedes hacer con tu novia y que no implican que dejes ahí todo tu dinero del mes.
Cuando se es la persona con menores ingresos en la relación, existe una presión muchas veces autoimpuesta para dar a nuestra parejas la misma calidad y cantidad de salidas, regalos, detallitos y apapachos. Sin embargo, debemos recordar que lo importante es el tiempo y aventuras compartidas juntas, no cuánto gastas en esa salida.
Consiente a tu pareja, sí. Pero cuídate de no hacerlo a costa de tu estabilidad económica. Ahora, si sientes que es tu pareja quien te está presionando para gastar fuera de tus posibilidades, no dudes en poner tus límites. ESTAS SON ALGUNAS ACTITUDES QUE TIENEN ALGUNAS LESBIANAS.
Cambien la palabra ‘igualitaria’ por ‘equitativa’ al hablar de sus gastos y aportaciones en la relación
‘Equitativo’ no significa ‘igual’. Una muy buena forma de equilibrar las diferencias económicas entre dos personas es que cada una contribuya a la relación en proporción a sus ingresos.
En lugar de dividir todo en partes iguales, busquen que cada una aporte según sus posibilidades. Por ejemplo, si van a cenar o están planeando un viaje, en vez de dividir la cuenta 50/50, puede ser 60/40 o 70/30.
El acuerdo lo establecerán ustedes, pero no dejen de crearse una estrategia de repartición justa de gastos. Esto sobre todo ayuda a que quien gane un ingreso menor tenga también la posibilidad de ahorrar y fortalecer su economía.
Ponerse metas financieras juntas
En la economía de pareja, como en los deportes, se crece más cuando se trabaja en equipo. Ponerse metas financieras juntas les ayudará a tener una visión común, alienar expectativas y motivarlas a ambas a ahorrar y fortalecer sus economías propias.
¿Cómo se vería esto en la vida real? Puede ser empezar un plan de ahorros a la par e irse motivando a meterle un porcentaje de sus ingresos cada mes o semana. O ‘ahorrarse una salida’, digamos al mes, en la que suelen gastar algo de dinerito. Y ese gasto que harían yendo a cenar lo metan a un fondo para viajes o algo que se les antoje hacer a las dos.
Eviten la competencia y el resentimiento
Es fácil caer en la trampa de comparar ingresos y logros económicos, lo que puede generar resentimiento o una competencia innecesaria en la relación.
En lugar de enfocarse en quién gana más o quién aporta más dinero, valoren lo que les gusta de su pareja y que enriquece la relación. O incluso motívate con el éxito económico de tu novia para incrementar tus entradas de dinero.
Apóyense la una a la otra en su crecimiento económico
Apoyarse en el crecimiento económico de cada una fortalece la relación y fomenta ese sentido de equipo del que hablamos anteriormente. Celebren sus logros económicos juntas: si a una la ascendieron, si otra recibió un aumento o la reconocieron por algo en su trabajo.
Esto también incluye motivarse a aprender nuevas habilidades o explorar oportunidades laborales y económicas que hagan crecer a su pareja, así como darse apoyo emocional durante los momentos difíciles.
Aunque el dinero no lo es todo, la independencia financiera de cada una es fundamental en su equilibrio como pareja
Conforme te haces adulta, se vuelve necesario tener tus propios recursos, la libertad para manejarlos y tomar decisiones económicas personales que no dependan de nadie más que de ti.
Una economía propia y estable te permitirá reducir tensiones en tu relación y proporcionarte un sentido de igualdad, incluso cuando existan diferencias en los ingresos.
Finalmente, estimada lectora, recuerda que, aunque el dinero sí es un factor importante tanto en las relaciones como en la vida, no lo es todo. Y si bien las diferencias económicas pueden presentar desafíos, lo más importante es que cómo resuelven esos retos.
Con una buena comunicación, metas compartidas y ambas enfocadas en el apoyo mutuo, es posible manejar estas diferencias de manera que algo que podría parecer un problema para su relación en realidad la fortalezca.